EL MODELO DOMINANTE DE PRODUCCIÓN Y CONSUMO DE CARNES Y LÁCTEOS

Una cuestión socialmente viva (QSV ENCIC)

¿Podemos mantener el nivel actual de producción y consumo de carnes y lácteos?

El consumo de carne de la población española es entre dos y cinco veces superior al recomendable. En 2015, la Organización Mundial de la Salud, concluyó que la carne procesada (bacon embutidos, jamón, salchichas) aumenta el riesgo de cáncer de colon, mientras que la carne roja (vaca, cerdo, cordero, venado) es un carcinógeno "probable". Además, un consumo elevado de carne aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad.

Pero este elevado consumo no solo afecta a la salud de las personas. Aunque los productos animales solo proporcionan el 18% de las calorías que consumen las personas, utilizan el 83 % de todas las tierras cultivables y producen el 56% de los gases de efecto invernadero del sector alimentario. La ganadería es también una de las principales causas de la destrucción de hábitats y de deforestación, generando una pérdida anual de bosques de 2,71 millones de hectáreas, diez veces más que el aceite de palma. En España, la ganadería consume anualmente tanta agua como todos los hogares españoles juntos durante más de 21 años. Los residuos que genera un cerdo equivalen a los de una persona y media; en España hay más cerdos que personas, pero no hay depuradoras para sus purines, por lo que contaminan los acuíferos y los ríos…

Uno de los mayores obstáculos para evitar el colapso climático global al que nos enfrentamos es pensar que ya no podemos eludirlo. Pero la ciencia dice que aún se puede evitar una de las peores proyecciones si los gobiernos, las empresas y todos nosotros tomamos medidas decididas de forma inmediata. Un consumo de carne racional es una de las más sensatas y beneficiosas para las personas y para el planeta.